Las personas que perciben colores en torno a los cuerpos padecerían una enfermedad neurológica llamada sinestesia.
La percepción del aura que muchas personas aseguran ver rodeando a cuerpos y objetos no es el resultado de ningún campo energético particular, sino de una enfermedad neuronal llamada sinestesia.
Así lo ha constatado una investigación británica, según la cual los colores que aparecen rodeando los cuerpos, en realidad son creados por el cerebro de la persona que los ve.
Aunque la investigación británica no es concluyente, abre nuevas pistas a los trabajos que desde los años sesenta han pretendido determinar si realmente los cuerpos y objetos están rodeados de un campo de energía. Algunos de estos trabajos han sido galardonados con el Premio Nobel.
¿Qué es el aura?
El aura es un reflejo de luz y color que supuestamente desprenden los cuerpos y que puede ser apreciable a simple vista sólo por algunas personas.
Sobre el aura no existe una evidencia científica concluyente, si bien, diversos artículos han relatado en los últimos años experimentos realizados con instrumentos especialmente sensibles, en los que se habrían detectado indicios de campos energéticos diminutos alrededor del cuerpo humano.
Sin embargo, una investigación realizada ahora por un equipo de investigadores del University College de Londres, dirigida por el doctor Jamie Ward, ha establecido que la visión de halos o auras alrededor de los cuerpos humanos, puede deberse a un simple fenómeno de sinestesia o de mezcla de los sentidos.
Según esta investigación, publicada en Cognitive Neuropsychology, la percepción de auras de luz y colores en torno a los objetos no tiene que ver necesariamente con supuestos "campos de energía", sino que puede estar relacionada también con una enfermedad que provoca confusión de los sentidos y que lleva a algunas personas a "ver" sonidos, "escuchar" colores o "saborear" formas.
La sinestesia es una enfermedad neurológica reconocida como tal desde 1970 que se caracteriza por un disfuncionamiento de los sentidos, particularmente de la visión. Entre otras manifestaciones, esta enfermedad lleva a las personas a ver halos de color emanando de los cuerpos humanos, de los objetos e incluso de las palabras impresas sobre un papel.
Campos energéticos o no
Lo que ha establecido el estudio británico, tal como se explica en un comunicado del University College, es que las personas sinestésicas pueden ver colores en respuesta a personas a las que conocen o como reacción a palabras como "amor" u "odio".
Por lo tanto, esos colores no reflejan siempre los supuestos campos energéticos que emiten los organismos, sino que son creados por el cerebro de la persona que ve el halo.
El estudio describe el caso de una joven, identificada sólo por sus iniciales (GW), que veía diferentes colores como reacción a personas que ya conocía. Oír sus nombres ya era suficiente para tener esa sensación.
Los nombres provocaban la aparición de un color que cubría todo el campo de visión de GW, y las personas en cuestión parecían irradiar un aura coloreada. Las palabras asociadas a emociones positivas provocaban la aparición de colores como el rosa, el naranja o el verde, mientras que las que evocaban algo negativo suscitaban otros colores como el negro, el marrón o el gris.
Según estudios que datan de 1966, una de cada dos mil personas es sinestésica, aunque algunos sondeos indican una proliferación mucho mayor de ese fenómeno, ya que muchas personas pueden padecer esta enfermedad y no reconocerla como tal al pensar que los demás ven lo mismo que ellas.
Sinestesia y creatividad
Algunos científicos, como Vilayanur Ramachandran, de la Universidad de California en San Diego, creen que la sinestesia está relacionada directamente con la creatividad, ya sea en la poesía, las artes plásticas o la literatura, tal como explican Ramachandran y E.M. Hubbard en el artículo Synaesthesia—AWindow Into Perception, Thought and Language.
En su opinión, la habilidad humana para relacionar sonidos y objetos puede estar en la base del lenguaje: consideran que la relación entre los sentidos del oído y de la visión pudo haber constituido un paso importante hacia la creación verbal.
La revista Nature cita al neurólogo de Washington, Richard Cytowic, autor de un libro sobre sinestesia, para señalar también que la emoción, tal como indican sus colegas británicos y españoles, forma parte realmente de los fenómenos de sinestesia.
Cytowic aclara que, si bien la sinestesia puede explicar la percepción del aura, esta suposición no agota otras posibles explicaciones, aunque no deja de ser a sus ojos una propuesta interesante.
Conexiones neuronales defectuosas
Por lo general, los neurólogos relacionan la sinestesia con una serie de conexiones neuronales defectuosas que se habrían originado en la infancia. Dos zonas del cerebro próximas entre sí aparecen relacionadas con esta enfermedad: la parte del córtex asociada a las emociones y la región denominada V4, que descarga sus células cuando está expuesta a colores diferentes.
Sin embargo, las causas de la sinestesia siguen siendo desconocidas y su estudio resulta muy complicado, ya que es imposible medir lo que una persona asegura que está viendo.
La pista genética es otra posible explicación. Phil Merickle, del centro de investigaciones sobre la sinestesia de la Universidad de Waterloo (Ontario), quien considera que todos somos sinestésicos al nacer, pero que esas supuestas conexiones neuronales defectuosas se resuelven con la edad, a medida que el niño va realizando asociaciones.
En cualquier caso, la investigación británica viene a sumarse a este esfuerzo por conocer si realmente existe un campo energético en torno a los cuerpos y si la percepción de este campo que algunas personas manifiestan, es real o una mera creación subjetiva.
Fuente: laflecha.net
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