Los colirios son preparaciones farmacéuticas recetadas por los oftalmólogos para ser aplicados en los ojos, al igual que cualquier otro medicamento poseen fecha de caducidad e indicaciones sobre su uso.
Nunca aceptes recomendaciones de de familiares o amigos con respecto a los colirios, ni asumas que debes usar el mismo medicamento que te indicaron anteriormente, por similares que sean los síntomas que hayas presentado previamente.
Evita cualquier riesgo de infección por el uso de colirios, como por ejemplo no utilices alguno que haya permanecido abierto por más de 1 a 2 meses, aún cuando haya estado correctamente cerrado; evita compartir tus gotas con familiares o amigos, antes de colocártelos lava bien tus manos y evita que la punta del frasco tenga contacto con tus dedos o tus ojos al momento de la colocación.
Si cayeran dos gotas en vez de una, no te preocupes, ya que esto no significa que la aplicación siguiente deba anularse o postergarse. La efectividad de los colirios depende de su buena colocación:
- Lava bien tus manos
- Agita el frasco unos 30 segundos antes de colocarte las gotas y destápalo
- Con el dedo índice de una mano baja el párpado inferior formando un espacio en donde colocar la gota
- Con la otra mano posiciona el frasco sobre el ojo (sin tocarlo)y coloca una gota entre la cavidad del párpado inferior y el globo ocular
- Cierra suavemente los ojos, ya que si los cierras fuerte vas a terminar expulsando la gota.
- Oprime el ángulo interno del ojo por 3 minutos, así permites la fácil absorción de las gotas a través de los conductos lacrimonasales.
- Utiliza un pañuelo o algodón para secar inmediatamente el exceso de gota evitando tocar la piel delicada del interior de los párpados.
Si utilizas más de un colirio, espera al menos 10 minutos entre una gota y otra y no te preocupes si percibes el sabor a medicina en tu boca, esto es normal, ya que el conducto lagrimal drena hacia el interior de la nariz, el cual a su vez se conecta directamente con la garganta.
FUENTE: SAO
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