¡Protege tus ojos esta semana santa !


Ya llegan las vacaciones de semana santa y en esta temporada aumentan las actividades acuáticas y al aire libre, con más razón, aumentan las infecciones y lesiones en los ojos.  

Por esto  te queremos hacer unas recomendaciones para que estos días de descanso sean los más maravillosos de tu vida, así que no dejes que nada los estropee.



El contacto con elementos como el agua de las piscinas y la arena,  aumenta  el riesgo de irritaciones en los ojos y de conjuntivitis.

Cuidado con el agua

La conjuntivitis es la infección más común en vacaciones ya sea por exceso de cloro o por infección de parásitos que están en el agua.

Esta enfermedad  se reconoce por el enrojecimiento del ojo,  fotofobia (intolerancia a la luz),  lagrimeo y secreción (lagañas), en caso de infección.  Su duración es entre una  y tres semanas, sin tratamiento.

Arena en los ojos

La arena de la playa puede convertirse en un elemento altamente irritante para los ojos. Por lo general, aunque se trata de lesiones menores, se debe actuar con precaución si entra tierra o arena en los ojos: lo ideal es lavarlos con abundante agua durante al menos 10 minutos y no refregarse.  En caso de que haya entrado un cuerpo extraño se puede intentar extraer con una gasa estéril o un pañuelo limpio, poniendo mucho cuidado en el procedimiento. Es normal que existan ciertas molestias, pero si son persistentes hay que acudir al médico.

Golpes inesperados



En verano también aumentan los golpes debido al mayor tiempo dedicado a deportes y actividades al aire libre. 

Se debe tener sumo cuidado si es que ocurre alguno, ya que un traumatismo fuerte puede, entre otras lesiones, ocasionar el desprendimiento de la retina, y la consiguiente pérdida de visión.


Algunos de los síntomas de alarma son las denominadas “moscas flotantes” o puntos negros, especialmente si se acompañan de  destellos de luz, sombra en las zonas laterales del campo visual y borrosidad en la visión central.

Sol y quemaduras

La exposición al sol puede provocar lesiones en la córnea, y puede dañar la retina. La mejor forma de proteger los ojos es utilizando lentes de sol que cuenten con filtro de rayos UV para evitar la radiación.
La exposición a éstos podría, además, contribuir al desarrollo de cataratas. También puede causar otras lesiones como queratitis, que es una dolorosa herida en la superficie corneal; pterigion, crecimiento de tejido que provoca inflamación y podría producir alteraciones de la visión; cáncer a nivel de los párpados o en el ojo mismo;  y convertirse en un factor que ayude a la degeneración de la mácula, contribuyendo a la pérdida de visión a largo plazo.


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